domingo, 3 de junio de 2012

El Mar



Nadie se explica como pude dejarlo en Mallorca, nadie se explica como me pude venir a estudiar a Madrid, yo tampoco.

Es casi como un ser, una persona a la que quieres, una persona que siempre esta ahí para escucharte. Te habla a base de susurros y te acaricia los pies sin rechistar. Es tan necesario en mí, que no me atrevería a compartirlo con cualquiera, aunque todo el mundo debería conocerlo, disfrutarlo y sobretodo respetarlo.


Armonía, tranquilidad, evasión... El mar tiene todo lo que necesita una buena canción, el mar es capaz de componer el mejor concierto. El mar ha dado de comer a mucha gente y es respetado por eso, el mar nos ofrece las auténticas maravillas del mundo, no me explico como una piramide lo és y el gran azul no. El mar es patrimonio de la humanidad, incluso nuestra querida Serra de Tramontana no sería lo que es sin ayuda del mar. Cada plástico, colilla, liquido, aceite, basura que le dais nos lo devuelve a las costas, no lo quiere y si nosotros no le queremos a él, dejará de querernos a nosotros.


Lo echo de menos, muchísimo, casi tanto como a Mallorca, casi tanto como todas las personas que me esperan ahí. Echo de menos su olor, su sonido, su color, sus reflejos, echo de menos zambullirme y olvidarme de todo, echo de menos ir a sentarme a ver como baila. Quisiera cerrar los ojos y al abrirlo estar delante de esa bahía, la de Pollença que tambien debería ser conocida, amada y respetada por tantísima gente, me gustaría poder llegar hasta ahí refrescarme como solo ella sabe refrescarme y volver, no pido más de 3 minutos y 20 segundos. 


Ojalá pudiese compartir todo esto contigo, te espero en la playa.